No quiero repetirme en las cosas que escribo o relato, pero qué culpa tengo yo que la historia se repita varias veces en poco tiempo. Hoy vísperas del día de Reyes,parece que un regalito estaba envuelto, en papel de celofán y con un lacito dorado, esperando que alguien lo abriera y se llevara una gran sorpresa al ver su contenido. Desde el día de los Santos Inocentes, este suave y dulce regalito ha permanecido escondidito buscando el calor del hogar. Escribo lo de suave y dulce, y con ironía me recuerda a la dulzura de Platero, pero os juro que al final os váis a dar cuenta que de mono y esponjoso no tiene nada el regalito…. Como ha llegado con los Santos Inocentes, lo más es que le siriviera de regalo para sus juegos a algún descendiente de Azarías. Pero ni eso, no me lo imagino yo a éste llamándolo Milana bonita, ni cosas así….
Quizás éste huía también de Herodes, pero desde luego creo firmemente que en aquellos tiempos él tampoco se hubiera salvado de la persecución como el niño Dios. Hoy creo que él está más protegido que aquellos niños. Lo tengo clarísimo.
Van a terminar por poner un cartelito que empapelará calles y plazuelas. Saldrá en los telediarios con mi foto y una leyenda que diga: Wanted. En cristiano (si se me permite la expresión, porque al paso que vamos ni vamos a poder usar esa expresión….): Se busca, vivo o muerto….y ofrecerán una recompensa por mi captura, como si yo fuera Billy el Niño o Juanita Calamidad….
Pues sí, mi querido y dulce amigo chupóptero ha permanecido en casa desde el día de los Santos Inocentes. Ha probado el poco turrón y polvorones que había en la sala, y por supuesto se habrá emborrachado de cava. A la pularda no le hincó el diente, y no porque no tenga buena dentadura, sino porque la lista de Nuna Bolota es más aventajada y se le adelantó. Otro día contaré cómo es posible comerse un trozo, un corte de pularda con trufa, bañadita con salsa de arándanos…. (porque la de setas parece que no debió ser de su agrado), y hacerlo sin tocar ni mover los cubiertos que se encontraban encima del plato. Y todo eso, hacerlo a dos patas en 10 segundos, sin hacer ruido ni dejar ni una miga. Reconozco que Bolota es exquisita, le gusta más el foie y la trufa, y es perro de pluma. Pero ya habido antecedentes con otros perros de la familia. A otros les ha dado por las tortas del Casar, o los Roastbeef madrileños, y aún siguen investigando en Cuarto Milenio cómo se puede comer más de un kilo en medio minuto, y dejar solo la guarnición perfectamente colocadita, y cómo se puede dejar sin comida de Navidad a toda una familia….sin que nadie se dé cuenta.
Me desvío una vez más del tema…. Mi querido amigo, se quedó en casita, nadie lo veía, ni lo sentía. Y yo, todas las noches empezaba a escuchar como rascaba algo, leve toquetéo de cristales…y algo así como chirríos. Miraba por la puerta de cristal, pensando en mis tortugas que a veces con el buen tiempo tienen la costumbre de sentarse sobre las piedras y hacer algo de ruido. Pero no, éstas estaban casi todos los días dormidas a esas horas. Y es que mis tortugas también son muy inteligentes, y les gusta ver la tele a través del cristal, pero lo que más les gusta es ver el telediario del mediodía y el parte del tiempo. Roberto Brasero para ellas es como ver a Brad Pitt, y juro que no exagero porque mi madre y yo lo tenemos comprobado, y estamos a punto de publicar un artículo científico en National Geografic, porque nuestras conclusiones son de órdago, no les gusta el tiempo de la 1ª, se empujan en la pecera para coger el sitio y tener mejor visión, cuando el que da el parte es Roberto Brasero en A3.
Así que, cuando me he dado cuenta que mis pobres tortugas siguen dormidas, pero no tanto porque el tiempo meteorológico también les influyen, y están más bien en un estado de duermevela. Ya tengo la certeza de que hay otro intruso más en mi casa. Me he decidido a contarlo, y esta mañana me decidí a poner remedio. Y aprovechando la ocasión, después de haber estado ayer noche de nuevo escuchando el asqueroso ruido que acompaña mi cena, he tomado medidas. Esta mañana zafarrancho de combate, a toque de diana he dado instrucciones y he pedido a mi Felisa y Petri que armadas de valor y de fregonas y escoba procedieran a darle una vuelta a todo el cuarto de estar y buscasen al inquilino, y si no lo encontraban dentro de la casa, que busquen en la terraza en macetas y plantas, porque quizás nuestro amigo haya anidado y esté procreando. Petri decidida se ha puesto a mover sofá y cojines, y en cinco minutos ha venido corriendo a por un trapo porque acababa de encontrar al asquerosito murciélago. Y ahí han ido mis dos valientes escuderas no con un trapito, sino casi una manta, porque según ellas de bebé no tenía nada el bicho, y su emvergadura era más bien la de un buitre leonado de mi querido amigo Félix. Desde luego las he dejado peleándose con el enemigo. Lo han encontrado entre el doble cristal de una puerta, justito detrás del sofá…del sitio por dónde se han ido sentando estos días hermanos, cuñados y sobrinos. Querida Anita, estaba a tu espalda, y te podía haber dado casi un masaje en tus lumbares, pero parece que no le atraíste lo suficiente y esperaba mejor presa que tú. Hoy amanecimos en plena batalla, y pensando que si hoy no le dábamos caza, tendría que llamar a mi Germán Macgyver que como un boina verde vale igual para cambiar un grifo, sacarte del ascensor si te quedas atrapado o matar cualquier bicho que se atreva a invadir mi edificio. Pero ojo, las mujeres de mi casa son muy muy valientes y efectivas. En el día de hoy, cautivo y desarmado por fin ha caído el maldito y asqueroso murciélago. Ahora queda la «científica» para que nos diga cómo se puede haber metido entre los cristales de una puerta doble. El cambio climático me está atemorizando, una cosa es luchar contra estas alimañas tres meses, y otra muy distinta es que se presenten a cenar en navidades a mesa y mantel…..
(Buscando una foto para añadir al relato, me encuentro con esto…
Tener un murciélago como mascota…sí hombre, lo que me faltaba a mí