Ramón lleva estos días medio loco, no da abasto en salir a dar la cara en todos los medios. O eso cree él, porque definitivamente poco aclara y poco da la cara. Y eso que la tiene muy grande. Vamos que se puede decir sin riesgo a equivocarse una, que es un caradura. De tomo y lomo. A todos nos resulta curioso como a esta gente tan, tan pulcros y ejemplares ellos, a la mínima – casi sin tocar pelo o poder, y sin manejar dinero público a espuertas como otros – se les pilla con los mismos defectos, delitos y sinvergonzonerías de los que ellos acusan a la tan manida casta – que no olvidemos que ellos nunca han sido ni serán casta, son gente ná más y eso dicen ellos mismos que es un plus de ética y buen hacer -.
A este Ramón, no se le puede decir ni tan siquiera de casta le viene al galgo, aunque su padre, de donde él viene y se supone que ha mamado todos los valores éticos y morales, sea uno de los que más uso haya hecho de la tarjeta black que poseía de Caja Madrid, y aunque no haya devuelto ningún duro, ni leurito -Cosa que por cierto sí han hecho algunos de esa maliciosa casta como el malvado Rato – . Y no se le puede decir eso, porque en los casos de los coleteros eso es un insulto intolerable y siempre mentira aunque por más de pruebas o sentencias se les pudiera decir de todo menos bonito. Para ellos, todo eso se veta. Y por qué, porque ellos lo dicen y punto. No se habla más.
Escuchando el tema de la choza de Ramón, me viene a la memoria muchos recuerdos de cuando yo antes de la crisis intervenía profesionalmente en la gestión hipotecaria de algunas entidades financieras. Hay tantos elementos comunes, que estos días no hago más que reirme de todo lo publicado y de la caradura del Sr Ramón.Resulta que él con apenas veintitantos años adquiere, se apunta o le dan la opción de comprar una casita de protección oficial (casitas que por si alguien no lo recuerda fue invento de la época de Franco, destinado a proporcionar viviendas en propiedad a las personas con menos recursos económicos, y que el maligno capitalismo echaba del mercado de la vivienda. Todavía son muchas las placas que con el yugo y la flecha se ven en edificios de nuestras calles, aunque la desmemoria histórica quiera borrarlas como si eso fuera un invento del progreso democrático….). Esas promociones han sido siempre tan atractivas que era muy común que hubiera tortas para que te adjudicaran alguna, por lo que lo habitual terminó siendo que se dieran por sorteo, unas veces amañados y otras veces con bombo y bolitas como en los bingos de los abueletes en los asilos. Pabellones de deportes llenos de ilusionadas parejas recién casadas o recién arrejuntás, que hasta lloraban y salían en la tele cuando recibían la noticia de que una de esas viviendas les había tocado en sorteo. Lo mismo que pasa el día 22 de diciembre con los que les toca el gordo del sorteo. Descorchaban cava y se fumaban puros de alegría. Pues bien, el Sr. Ramón, como de casta le venía al galgo, no tuvo que tener ningún boleto, ni número y directamente pasó a ser uno de los premiados. Esto se llamó en su tiempo tongo, luego se le llamaba siempre enchufe o mangoneo, parece que ahora ya no se llama así, sino simplemente adjudicación directa. Desde luego, así suena más fino y no da lugar a sospechas de ninguna clase. Dónde va a parar….
No sé de qué nos quejamos, al Sr. Ramón nadie le ha regalado nada. Él tenía que pagar su vivienda como todo el mundo, y no era ningún chollo.Él ha dicho que era una vivienda humilde, y hay que creerle. Faltaría más, por Dios qué mal pensados sois. Aunque su solución habitacional no tuviera 30 metros, sino un poquito más, tres plazas de garaje y trastero, piscina y jardines comunitarios. Lo mismito que tienen todos los curritos españoles. Y como él tenía que pagar su vivienda, porque no era un regalo, sino que más bien puede resultar una pesadilla para él, hizo lo mismo que todo el mundo: Le pidió dinero a su papi y a la abuela, porque ya sabemos que las abuelitas guardan el dinero en un calcetín junto a la dentadura postiza, y los papis debajo de un colchón. Aunque el colchón de su papi fuera de marca Bankia, y no Flex o Pikolín. Lo único en común con los colchones del resto españoles es que él dijo, a mí plín….yo tengo a mi colchón y el tiene tarjeta black.
Así que él hizo como todos, con el dinero prestado pagó su entrada y algo más. No nos ha dicho si él como donatario liquidó el impuesto de donaciones ( que es un pico muy muy grande porque no hay reducciones ni por parentesco. Aunque hay que decir que en Madrid como gobiernan los malvados peperos, hasta de ese impuesto se pagaba y se paga menos que en el resto del país). Aunque también podía haber optado porque en lugar de que su papi y la abueli le hubieran regalado los diez millones de pesetinas ( y lo pongo en pesetas, porque con los leuros hemos perdido la noción de la importancia y de la cantidad de dinero que cuesta todo….) y haber tenido que liquidar el ISD, hubieran hecho un préstamo con devolución a un interés determinado, y que lo hubieran documentado aunque fuera en un cacho papel y lo hubieran liquidado por AJD que también es lo que exige la administración tributaria al resto de los españoles que no nos llamamos Ramón. Que diez millones no se esconden así como así, y si no haces las cosas como debieras, te pueden abrir como poco un procedimiento sancionador por infracción tributaria por ser una donación encubierta, y tener un incremento patrimonial no justificado. Yo esperaría la misma diligencia para Ramón que para Pedro, Pepito María o Rita la cantaora, por parte de la Agencia Tributaría Estatal, o de los servicios fiscales de la Comunidad de Madrid.
Ramón tampoco nos ha aclarado, qué garantías tuvo que presentar para que una entidad bancaria le concediera el crédito hipotecario vinculado a su chocita, qué avales presentó, y si hubo fiadores, porque a mí me parece imposible – y con fundamento – que con su beca de cuatrocientos y pico le dieran algo más que los buenos días. No sé si préstamo llevaba además algún tipo de beneficio fiscal, porque ha sido muy común que para ese tipo de viviendas las distintas entidades tuvieran firmados convenios con la autonomía correspondiente para el cobro de menos intereses y mejores condiciones en general que para las viviendas de tipo libre. Es más, por lo menos en mi tierra, en estos préstamos una parte de los intereses los pagaba la propia Junta, llámase Juan Carlos o Guillermo. Pero es que además ese tipo de vivienda pagaba menos impuesto de AJD tanto en la compra como en el préstamo, claro que se obligaba uno a residir en la vivienda casi al momento de su adquisición, en unos meses no más. Y si uno quería venderla posteriormente, debía pedir una autorización previa, justificar el motivo porque no valía cualquier cosa, y no se conseguía con facilidad, y además devolver las ayudas recibidas (entre las que estaban esos intereses abonados por la Junta, y las bonificaciones de impuestos obtenidas). De eso Ramón no ha dicho nada, debe ser que no está suficientemente enterado, o no le interesa, o le da igual.
Ramóncete hijo, eres un desgraciado, te han pillado haciendo lo mismo que hace el resto de los españoles, muy buena parte….pero a ti te lo van a perdonar, porque tú no eres casta, y solo eres gente. Ramón, es que nadie te explico que hacías el imbécil, poniendo tu casa en venta sin haber llegado a vivir en ella, y anunciarla en el mayor portal inmobiliario del país, y haber indicado el precio por encima del valor oficial, y poner la coletilla de precio no negociable. Cómo has podido ser tan incauto e imbécil, hoy que todo el mundo tiene internés y un iphone de última generación. Sabes que podías haber vendido la casa por menos de su valor oficial, que éste es un PMA (precio máximo autorizado), y que máximo quiere decir que no puedes pedir más, pero sí menos…si hubieras estado atento a Epi y Blas, sabrías lo que significa máximo, mínimo, delante o detrás, pero claro yo entiendo que en plena infancia tú te dedicabas más a garabatear pancartas y organizar manifas en la guardería. También te podría haber dicho alguien que incluso antes de firmar las escrituras de compraventa, podías haberte echado para atrás y haber cedido tu vivienda a otra persona interesada, que las había y las hay siempre, y a ti te hubieran devuelto el dinero de la entrada sin ningún tipo de penalización. Si yo te hubiera conocido antes Ramón, te lo hubiera dicho y nada de esto hubiera pasado. Te hubieras evitado ese bochorno y el sofocón que te estás llevando majete. Y todo pa ná, porque como ya bien sabes, aquí no pasará nada, porque nunca pasa nada….salvo que te llames Pantoja, que la mí pobre va a resultar la folclórica más boba del planeta, por ser la única condenada que va a la cárcel por estos manejos, con condena inferior a dos años.
Ramón, después de escribir tantas líneas y párrafos creo que como ya conocemos un poco la historia de tu casa, ancá Ramón le digo yo a mi madre para que entienda de qué va la cosa, creo que por confianza voy a pasar a llamarte moncho o ramoncete. Lo de Ramoncín, se lo dejo al del pollo frito, que también resultó ser un buen pollo al cabo de los años. Me vas a permitir que corte la historia aquí, se hace muy larga….y prefiero continuar con otro capítulo. Continuará….