Las Incursiones

No, no me he confundido de título…no voy a hablar de las excursiones. Nuestra generación el tema de las excursiones lo llevó fatal, fuimos condenadas como ya he contado anteriormente a no tener más que un día de excursión cuando normalmente todos los cursos a cierta edad, realizaban excursiones de varios días. Ah, amigas…, nosotras no tuvimos ese tipo de excursiones, pero me temo que hemos sido las únicas que tuvimos incursiones.

Sí, incursiones con todas las letras. Dice el diccionario que eso son las correrías de guerras, o intromisiones en actividades ajenas. Y eso es exactamente lo que nosotras hicimos varios días, allá por los años setenta. Huy,  ahora leo eso de los años setenta y pienso que cada día me parezco más a la señora viejecita de las chicas de oro. Sí, esa que empezaba siempre sus historias diciendo: Sicilia mil novecientos…..

Os pongo en situación. Estábamos en séptimo de EGB, ocupábamos la clase de la esquina al paseo de Cánovas…nuestra tutora era la hermana Dolores Echeverría, que tenía un carácter fuerte, se ponía coloraota y además llevaba un apéndice capilar debajo de la toga….. un día de aquellos años, mirando por esas ventanas que eran la entrada a un mundo maravilloso como el de Alicia, descubrimos que en el edificio de enfrente…en la calle Viena, habían llegado unos nuevos vecinos…eran algo extraños, no vestían igual que el resto de los habitantes de Cáceres, usaban túnicas y unos instrumentos que la hermana Pilar seguro que habría clasificado de percursión pero de otro mundo…..sus cabezas rapadas….

Nos dimos cuenta, y nos entró la curiosidad de investigar más, hacer amistades y conocer mundo.
Así que una tarde después del colegio, una avanzadilla capitaneada por nuestra capitana Jacinta y sus escuderas, decidió que había que practicar el ecumenismo y abrir fronteras…… Y allí nos dirigimos un grupito. Cruzamos la acera de enfrente (no penséis mal, entonces cuando se cruzaba una acera era precisamente porque se quería ir al otro lado de la calle….nada más) y nos presentamos en un piso de ese edificio (entonces no existía el edificio blanco de Virgen de Guadalupe 18… así que desde el colegio había una visión perfecta). Sigilosamente entramos en el portal y ascendimos hacia la vivienda. Llamamos a la puerta entre risas y vergüenza, y allí estábamos nosotras: Unas catetas de Cáceres años 70, estudiantes de un colegio católico de rancio abolengo confraternizando con el enemigo. Unos alocáos medio hindúes, medio de Carabanchel alto, medio hippies….que nos saludaron al canto de: Hare Krhisna, Krhisna Hare…Hare Hare…. y tintineando campanillas o chinchines  – recuerdo que fue la primera vez en la que vimos que los chinchines tenían  de verdad un uso práctico, más allá del colegio –

Hola venimos a conoceros, somos vecinas vuestras del edificio de enfrente y os hemos visto por la ventana…. Y nos dejaron pasar a un salón donde había muchos cojines, alfombras y apestaba a sándalo y pachuli. Quizás a algún otro condimento más ilegal…. Nosotras éramos tan pardillas entonces que no identificábamos aún ciertos olores a hierba…y no era hierba mojada precisamente. Pero esta gente tan rara, estaban en otro mundo y en otra onda, y pensándolo bien, lo más posible es que allí hubiera alguna que  otra sustancia.  -sustancia es esa palabra que se usa actualmente pare referirse a algo ilegal que se toma y hace mal, y que normalmente se usaba para «viajar». Antes sustancia se usaba para referirse al caldo de pollo o al consomé –

El caso es que a nosotras desde nuestra ventana de clase, algunas veces nos había dado la sensación de que esta gente eran como los carismáticos….se les veía alzar las manos al ritmo de sus cantos, y a la vez daban como saltos. Así que no lo vimos tan raro como nuestros padres. Estaba claro que aquello que nosotras observábamos tenía un significado de ritual religioso…pero aún nadie nos había hablado de otros mundos y otras religiones.
Pues nada, estuvimos allí de charloteo con esta gente, que nos explicaron sus ideas….nos dieron razón de por qué habían llegado es esta ciudad de provincias. Anda qué hoy en día quién se alarmaría con estas personas…. Nadie, ¿Verdad?, pero claro tenéis que entender que entonces no había rastas, ni hippies…ni existía el dichoso Womad…esas cosas sólo se veían en televisión, y entonces no las veíamos porque eran de dos rombos.

El caso fué que nuestra incursión de ese día, fue toda una aventura…salimos de allí divertidas y contentas, y dispuestas a repetir sin pensar en la que se armaría después cuando el todo Cáceres echara el grito en el cielo. La primera avanzadilla había sido poco numerosa, pero los días siguientes el grupo aumentó…así que en las siguientes incursiones, tuvimos que tomar medidas para despistar al enemigo. Decidimos ocultar nuestros rostros, para lo cual usamos nuestras bufandas….seguramente no hacía nada de frío, pero nosotras que éramos muy inteligentes y con grandes recursos, ocultamos nuestras caras para que nadie conocido – y en Cáceres ya se sabe que te conoce todo el mundo – nos identificara….. Salimos en varios grupos a la calle, nos tapamos con todo lo disponible, y quizá alguna le quitara el verdugo de lana a alguna hermana menor…y volvimos varias veces a visitar a nuestros amigos los modernos del Hare Krhisna….
Estábamos tan a gusto en aquella casa…. y ellos y ellas parecían que también lo estaban con aquel numeroso grupo de niñas de uniforme azul….que pasamos varias tardes allí charlando y practicando la percusión con sus timbales. De repente un día, nos dimos cuenta que desde las ventanas de comunidad se nos podía ver perfectamente…y claro está, igual que nosotras veíamos a las monjas, ellas nos podían identificar….. Caímos en la cuenta de que algo en nuestro plan había fallado…nos entró el miedo, y éste aumentó cuando pudimos observar que desde el otro lado del frente, había alguien que con prismáticos nos observaba. No podíamos dar crédito a nuestros ojos. ¡Las monjas se habían apuntado a la última tecnología!, y no era la hermana Juana Macgyver la que observaba…yo creo que eran varias entre ellas la Hermana Charo, la Chucha ( y perdonad que yo la llame así, pero como ya habéis leído otro día, entre ella y nosotras había mucha confianza, llegamos a casi merendar juntas), la Madre Pilar García y la hermana Carmen Gómez…y por supuesto también la Hermana Dolores Echeverría…es decir, estaba casi toda la congregación allí vigilándonos…..Y sólo les faltaba una grabadora para tener más pruebas de nuestra incursión. Claro que la ventana de Comunidad era como la Ventana Indiscreta de Hitchcock…allí estaban todas como James Stewart en su mirador controlando lo que ocurría al otro lado de la calle….. En aquellos entonces no existía ni el Derecho a la intimidad, ni la protección de datos, ni nada de eso…claro, era lo normal. Bueno, por no existir tampoco estaba consagrada la libertad religiosa. Salimos pitando del mencionado piso…nos dispersamos sigilosamente y cada una marchó a su casa. Yo recuerdo que tarde poquito en llegar a casa, pero vamos que cuando me presenté, mi padre y mi madre ya estaban esperándome…y me sometieron a un tercer grado. Qué disgusto, qué van a pensar…qué va a decir Cáceres….mañana salimos en el ¡¡¡Extremadura!!!! Imaginad el alboroto que se formó. Las monjas no habían tardado ni cinco minutos en identificarnos a todas y en llamar a nuestros padres…ni el CSI actúa con tanta diligencia. Desde luego aquello era como la peli de la ventana indiscreta… ¿Pero qué concho, a quién se le ocurre ponerse de cara a la ventana de clausura con unos pobres hare krishnas….? Decían que si era una secta, que si eran una comuna de esas del amor libre, la paz y no a la guerra ni a la suegra….no lo sé, nuestro conocimiento no llegaba a tanto, ni nuestras indagaciones….lo que sí tengo claro es que esta gente no hablaba sánscrito, sino más bien cheli

Recuerdo que mi madre además del disgusto, sólo preguntaba que si habíamos tomado algo y qué hacíamos allí, de qué hablábamos….
Evidentemente, al día siguiente salió publicado que una comuna de Hares Krishnas estaban en Cáceres con sus timbales y chinchines…dando el coñazo con esa canción que sólo tenía un par de frases que repetían machaconamente. Y nosotros que pensábamos que eran como los carismáticos…
El castigo fue supremo…en el cole, quisieron expulsarnos, excomulgarnos quizás….y en casa ni os cuento….en fin, nosotras no tuvimos excursiones, pero incursiones en territorio comanche, las primeras….fuimos pioneras del ecumenismo.
Eso sí, después del revuelo mediático que se lió en nuestra ciudad…creo que la comuna o secta de los Hare Krishnas no han vuelto nunca más a Cáceres… – una vez y no más, Santo Tomás – seguro que a estas alturas de la vida, ya ni están en Ibiza, quizás más bien estarán en algún banco de la Castellana …

Pd. Si hubiéramos tenido en aquellos tiempos un móvil o una cámara digital …..con nuestras locuras, todas estas crónicas estarían plagaítas de fotos. Qué contradicción, nosotras apenas teníamos medios técnicos, pero vivíamos muchas aventuras. Hoy los escolares tienen toda la tecnología a su alcance, y sin embargo no viven aventuras….

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